La proeza de vivir y de amar
Lolita Flores, Luis Mottola, Antonio Hortelano y Marta Guerras
La fuerza del cariño es una historia de amor. La de una madre y una hija; una madre, Aurora, protectora, y una hija, Emma, con lógicos deseos de vivir su vida, pero que es incapaz de abandonar del todo el nido. Es la historia de un amor indestructible, profundo, aunque también dependiente, generoso y desprendido. La historia de gente corriente, de heroínas cuya proeza -nada pequeña, por cierto- es levantarse todos los días y salvar los obstáculos que la vida les pone.
Aurora, la madre perfecta y tímida viuda, y Emma, su hija rebelde y entrañable, y el profesor torpe y seductor, y el astronauta excéntrico y mujeriego. Estos cuatro seres, a pesar de sus grandes diferencias, celebran la vida de cada día.
La celebran con humor, lágrimas, ironías, enfados, gritos, risas...Esta vida que nos ordena al azar, que nos acerca y separa por lazos de sangre o de deseo, de forma misteriosa, cumpliendo mágicas constelaciones que no sabemos interpretar, y que ahí nos deja, en medio del viaje.
La madre, la hija, el profesor y el astronauta viven enredados en lazos amorosos que les hacen salir de las sábanas cada mañana. Transitan la vida veloces, con un corazón trepidante que apenas les permite gozar del fondo hermoso y profundo del paisaje.
Merodean alrededor de la burbuja en la que todos queremos entrar para olvidar la angustia de la vida, para encontrar el placer infnito de dar amor y sentirse amado. Amor. La emoción que necesitamos como alimento ecológico y esencial para despertar las hormonas de la felicidad.
Pero cuando la vida tiembla y el temporal se lleva la ropa y tiritan de frio, el viaje se detiene. Ya no hay fltros, y con potencia salvaje aparece la fuerza del cariño que de golpe los coloca en el paisaje real de la vida. que los convierte en seres humanos completos. Imbatibles. Auténticos. Sinceros. Admirables. Verdaderos supervivientes.
Magüi Mira